Nuevas tecnologías:
¿Alguna vez te has parado a pensar en cuántos tipos de tornillos existen?
Incontables, ¿verdad?
Pueden clasificarse por cabezales, material del que están hechos, aplicación y longitud. Todos cumplen un propósito específico y el motivo de su creación no es otro que poder adaptarse a cualquier situación posible.
Es curioso, pero a medida que la sociedad avanza, se generan nuevas necesidades y para ellas se hace necesario aportar soluciones igual de novedosas.
La tecnificación de nuestra sociedad cada vez más globalizada es un hecho, los rápidos avances tecnológicos suponen el acceso a nuevas posibilidades en el mundo laboral, pero también permiten nuevos enfoques a problemas ya existentes.
Actualmente disponemos de más medios que nunca para llevar a cabo la prevención de riesgos laborales y la creatividad que caracteriza a nuestra especie ha dado lugar a las soluciones más sorprendentes que podamos imaginar, desarrollando nuevas técnicas de aprendizaje preventivo.
Teoría y práctica:
En el mundo laboral se hace imprescindible hablar de la necesidad de formar a los trabajadores sobre los riesgos inherentes a la actividad que vayan a desempeñar, con el fin de evitar que el desconocimiento sobre los riesgos genere accidentes.
La formación tiene inconvenientes: suponen un coste de tiempo y el tiempo es dinero.
Hace unos años la única forma de formarse era asistiendo presencialmente a un aula en la que un profesor impartía clases, siendo necesario desplazarse hacia donde estuviera esa oportunidad de formación.
Las nuevas tecnologías de la información y comunicación hicieron posible que tuviéramos al alcance la posibilidad de realizar formaciones a distancia y dar clase a grupos de personas que no se encuentran presencialmente en el mismo sitio como si estuviéramos en una misma aula.
Es cierto que este “tornillo” encaja bien para la parte teórica de las formaciones, pero no siempre es suficiente, piense por ejemplo en aprender a conducir o utilizar un extintor. ¿Es suficiente la teoría? Probablemente no. Pensemos además en las instalaciones necesarias para poner a prueba de forma segura las habilidades necesarias para su uso…
Sin embargo, en la actualidad se han encontrado soluciones funcionales a estos problemas también (y menos costosas).
Entornos virtuales:
La realidad virtual es una tecnología bastante joven y aun así su utilidad es inestimable.
¿El motivo? Permite la integración de conocimientos mediante la práctica, simulando con facilidad y con un coste muy reducido entornos, herramientas y situaciones concretas para que los trabajadores puedan experimentarlos con seguridad y desde la comodidad de su puesto, centro formativo o su casa, con un realismo que, de replicarse en la vida real, podría resultar arriesgado para los implicados. Además, la simplicidad de uso facilita que todo tipo de personas puedan aprender, reduciendo las barreras y haciendo que sea más accesible para todo el mundo que otro tipo de herramientas de aprendizaje. Destaca el detalle y el realismo que se puede aportar en dichas simulaciones y la facilidad para retransmitir en pantallas lo que ve la persona que las usa, lo que permite analizar las situaciones por parte del propio profesorado y el alumnado que esté en el aula, consiguiendo una experiencia que resulta más enriquecedora si cabe.
Finalmente podemos hablar de un ahorro en términos de tiempo, dado que una buena práctica permite asimilar mucho mejor la información recién aprendida e integrarla más fácilmente, y una mayor concienciación.
¿Pero qué se puede hacer exactamente en la realidad virtual?
Las aplicaciones son muy diversas, son especialmente utilizadas para simular los controles de vehículos y maquinaria pesada, procedimientos de trabajo correctos, medios de lucha contra incendios, protocolos e instrucciones correctas de uso de ciertos EPIS , actuaciones en caso de emergencias, actuaciones de primeros auxilios, uso correcto de herramientas tanto manuales como motorizadas, etc.
Conclusiones:
En el artículo 19 de la Ley de Prevención se indica que, en cumplimiento del deber de protección, el empresario deberá garantizar que el trabajador reciba una formación teórica y práctica suficiente y adecuada, y esta formación e información debe aportarse de forma periódica y especialmente cuando se modifiquen los riesgos existentes o aparezcan nuevos riesgos.
Esto se traduce en costes elevados tanto en tiempo como en dinero de forma periódica para las empresas que deben efectuarlas. Por ejemplo, una empresa de gran tamaño que quiera impartir una formación con extintores tendrá que considerar el precio de cada recarga de extintor por trabajador, el transporte de los mismos, o de los formadores, las instalaciones…
Con suerte, avances en estas nuevas tecnologías en un futuro no muy lejano, permitirán sortear las dificultades actuales y hacer que este tipo de formaciones resulten más accesibles para el público, alejándonos de las alternativas más costosas y ampliando las posibilidades formativas en el mundo preventivo, volviéndose progresivamente más personalizadas, realistas y eficaces.
Qué de tornillos, ¿verdad? A veces resulta complicado elegir exactamente el que más se adapta a nuestras necesidades. Pero si quieres dar en el clavo con tus formaciones, te dejamos por aquí un enlace, para que puedas elegir exactamente la que más se adapte a tus necesidades:
Fuentes y enlaces de interés:
Observatorio RH, Hoja de ruta para la prevención de riesgos.
Nestlé desarrolla un centro de formación de realidad virtual para sus empleados.
Autora:
Samuel Suárez Nieto. Técnico Intermedio de Prevención de Riesgos Profesionales en Metacontratas.
