Introducción:
Para comprender mejor qué es la hipervigilancia e hipovigilancia y en qué consiste, pongámonos en situación: Un amigo o amiga muy cercano/a te pide ayuda con un texto larguísimo e importantísimo que tiene que entregar. Se pasa toda la semana redactando documentos para poder entregarlos la semana siguiente. Tu amigo/a lleva toda la noche sin dormir, redactando y editando el texto para evitar errores, ya que de dichos errores depende su éxito futuro.
Dado que lleva toda la noche revisando el documento, ha llegado un punto en el que su nivel de cansancio es tal que no es capaz de entender lo que está leyendo. En este punto, te pide que lo revises por él/ella y que seas minucioso/a. Tras esto, comienzas a revisar el documento, preocupado/a por asegurarte de que no hay ningún error, lees y relees el documento una y otra vez, intentando localizar posibles fallos, hasta que de repente te das cuenta de que has pasado por alto un error y empiezas a dudar de lo que has analizado.
Con la preocupación de que tu amigo/a tenga problemas por culpa de la redacción del documento, comienzas a analizarlo de nuevo y ves errores donde antes no los había que te hacen dudar de tu criterio para analizar el documento. Tras terminar, le entregas el documento preocupado/a de que no hayas conseguido solucionar nada y pasas el resto de la tarde dándole vueltas a las decisiones que tomaste, repasando mentalmente las circunstancias.
¿Alguna vez te ha pasado algo similar?
Ahora, imagina que este hecho formase parte de tu día a día, ¿qué pasaría si tu amigo/a te proporcionase habitualmente documentos similares? ¿sería igual la atención que prestarías el primer día y el último?
Lo más probable es que tu amigo/a tuviera serios problemas para encontrar dichos errores Con el tiempo, su nivel de atención disminuiría si la tarea de analizar se vuelve muy recurrente.
Al mismo tiempo, cada vez que te pasara un documento, seguramente estarías preocupado/a por su resultado, por asegurarte de que tu agotado/a amigo/a tuviera el mejor desenlace posible, hasta el punto de terminar estresado/a y agotado/a también tras revisarlo una y otra y otra vez, inseguro/a de si el trabajo que has realizado es correcto.
Estamos presenciando dos casos: uno de hipovigilancia y uno de hipervigilancia. En los siguientes apartados te explicamos detalladamente que es la hipervigilancia e hipovigilancia y en qué consiste.
¿En qué consiste la hipovigilancia?
¿Alguna vez has estado mirando durante mucho tiempo, con mucha atención algo, solo para darte cuenta, al cabo de un rato, que tu mente hace tiempo que está en otra cosa?
La hipovigilancia es una reacción del organismo frente a una situación monótona o repetitiva en la cual, tras un estado prolongado de atención, esta disminuye paulatinamente, produciendo sensación de monotonía y cansancio que puede, en caso de que se dé por factores del puesto de trabajo, conllevar absentismo, una disminución de la productividad o la generación de riesgos a consecuencia de dicha falta de atención.
¿Cuándo pueden darse este tipo de situaciones?
Este efecto, vinculado íntimamente a la fatiga mental, suele darse especialmente en puestos de trabajo que conllevan una supervisión o vigilancia constante, y en puestos que tienen tareas con poca diferencia entre sí o en los que la rotación de tareas ocurre a largo plazo. Esto puede pasar, por ejemplo, en trabajos de vigilante de seguridad, cuya actividad, en ocasiones, supone estar pendiente de entornos con pocos cambios; pilotos de avión que, durante largas travesías, pueden tener ciclos de trabajo que apenas manifiestan cambios; en puestos que suponen control de calidad de productos de forma sistemática, etc…
En definitiva, puestos que suponen prestar atención a una tarea que apenas sufre cambios a lo largo del transcurso de la jornada.
¿En qué consiste la hipervigilancia?
¿Alguna vez has pasado todo un día excesivamente pendiente de algo y ello te ha supuesto malestar y sensación de agotamiento?
La hipervigilancia es una reacción de nuestro organismo frente a un entorno o situación hostil. Se caracteriza por un estado de alerta en el cual nuestro cuerpo está preparado para reaccionar frente a una potencial amenaza. En sí mismo, este estado de alerta no es perjudicial, pudiendo ser incluso beneficioso en determinadas circunstancias. Sin embargo, si este estado de hipervigilancia se prolonga demasiado o se repetirse muy a menudo, se pueden producir fallos en la capacidad para analizar situaciones. Además, el organismo puede quedarse “atascado” en este modo de funcionamiento, llegando a producir fatiga, insomnio, hiperreactividad y ansiedad, así como un deterioro paulatino del estado de salud derivado de estos factores.
¿Cuándo pueden darse este tipo de situaciones?
La hipervigilancia suele darse en puestos de trabajo con entornos hostiles en los que los riesgos no son fácilmente controlables y en los que el trabajador debe mantener una atención constante. Las fuerzas del orden (Ejército, Policía), Salvamento (Bomberos, salvamento marítimo), personal médico durante situaciones de emergencia, etc… Son perfectos ejemplos y candidatos para que, en determinadas circunstancias, se produzcan estados de hipervigilancia que puedan llegar a cronificarse y producirse recurrentemente.
Estas situaciones, también pueden darse en entornos de trabajo hostiles para el trabajador, no necesariamente relacionados con las condiciones del puesto, sino con las relaciones interpersonales entre los trabajadores. Determinadas situaciones de acoso laboral suponen un ecosistema perfecto para que se produzcan estados de hipervigilancia, además de otras condiciones de salud.
Una vez determinado qué es la hipervigilancia e hipovigilancia y en qué consiste, te detallamos cómo podemos ponerle remedio.
¿Qué podemos hacer para poner remedio a ambas?
En ambos casos, es importante determinar (y respetar) unos tiempos de descanso adecuados, durante y tras la actividad, siempre que sea posible. Se recomienda establecer medidas organizativas que supongan una rotación de las tareas, con el fin de romper la exposición a los factores que las ocasionan. Las evaluaciones y estudios psicosociales sobre los factores de riesgo y las revisiones periódicas del estado de salud de los trabajadores, también son imprescindibles para detectar posibles indicadores de fatiga asociada a estos procesos con el fin de anticiparse a posibles problemas para la salud.
Aunque dichas medidas parezcan recurrentes, la importancia de llevarlas a cabo resulta inestimable, eso sí, siempre adaptándose a las condiciones de cada puesto.
Fuentes y enlaces de interés:
La hipervigilancia y el trauma
NTP 445: Carga mental de trabajo.
Mobbing, Violencia física y Acoso sexual