Las vacunas son una intervención sanitaria preventiva muy efectiva. Nos protegen a nosotros mismos y al entorno, nos ayuda a controlar enfermedades raras y erradicarlas, proporcionan un beneficio social y económico y, sobre todo, salva vidas, que es el beneficio más importante.
A pesar de todo ello, en los últimos días se está poniendo el foco sobre la vacuna y ha surgido un debate entre la población sobre la decisión de vacunarse debido al miedo de sufrir algún efecto adverso.
El pasado 27 de diciembre comenzó la campaña de vacunación en España con el fin de erradicar la pandemia que estamos sufriendo. La campaña comenzó con las vacunas de “Pfizer-BioNTech”, a las que se sumaron “Moderna”, “AstraZeneca” y “Johnson & Johnson”.
Contamos, por tanto, actualmente con 4 variantes de vacunas, entre las cuales hay algunas diferencias como podemos ver a continuación en la comparativa ofrecida por “redacción médica”:
Fuente: Redacciónmédica.com
Cifras actuales sobre las vacunas:
El ministerio de Sanidad elabora diariamente un estudio sobre el proceso de vacunación. Si atendemos al último informe los datos son los siguientes:
- Número de dosis recibidas en España: 13.710.885
- Dosis administradas: 12.330.755
- Número de personas con al menos 1 dosis: 9.002.054 (19,0% de la población)
- Número de personas con la totalidad de las dosis recibidas: 3.328.701 (7,0% de la población)
- En cuanto a las cifras de las dosis obtenidas de cada variante de la vacuna, tenemos la siguiente información:
- Pfizer-BioNTech: 8.966.685 dosis obtenidas
- Moderna: 1.372.800 dosis obtenidas
- AstraZeneca: 3.371.400 dosis obtenidas
- Janssen: –
Desconfianza en la vacuna
España iba a recibir 300.000 dosis de la vacuna Janssen, sin embargo, debido a los casos de trombosis ocurridos en EEUU donde se había suministrado alrededor de 7.000.000 de vacunas de esta variante, se ha decidido la paralización de esta con el fin de estudiar en profundidad los efectos adversos del fármaco y ver si realmente estos casos de trombosis son ocasionados por la propia vacuna dado que no hay evidencia al 100% aún.
Los casos de trombosis se han dado en 6 mujeres con edades entre 18 y 48 años. Esto supone, aproximadamente, un 0.0008% de probabilidades de sufrir esta patología.
Esto ha ocasionado una desconfianza hacia la vacuna por una parte importante de la población. En este punto cabe recordar que, en cualquier prospecto de un fármaco encontramos que puede producir efectos adversos en 1 de cada 10.000 tratamientos (0.01% de probabilidades), por tanto, si atendemos a las cifras anteriores, la vacuna de Janssen tiene una menor probabilidad de ocasionar alguna patología grave.
Entonces ¿por qué ha surgido este temor en la población? Pues bien, uno de los principales motivos puede ser el escenario que tenemos actualmente:
Se está vacunando de manera masiva a la población de todos los países para tratar de llegar a la tan deseada inmunidad, por tanto, como tenemos un horizonte temporal relativamente muy corto y una administración de dosis alta, podemos llegar a una falsa creencia de que los casos adversos son más frecuentes de lo que la realidad nos indica.
Con estos datos, podemos entender mejor la situación y no crearnos nosotros mismos una desconfianza abusiva en lo relacionado con la vacuna y sobre posibles efectos adversos. Tenemos que entender que el riesgo 0 no existe.
No existe en un proceso de vacunación, al igual que tampoco existe en el comportamiento cotidiano de la vida. Tenemos un 0,17% de probabilidades de sufrir trombosis por fumar y 0.12% de probabilidades por tomar pastillas anticonceptivas.
También es más probable que nos toque la lotería de Navidad o morir por picaduras de abeja que sufrir un efecto adverso de la vacuna. En estas situaciones no percibimos el riesgo como tal e interpretamos las probabilidades de manera distinta. Esto es debido a los sesgos cognitivos.
Un sesgo cognitivo es una interpretación errónea de la información que nos lleva a pensamientos y toma de decisiones erróneas. A continuación, vamos a analizarlo en profundidad.
El aspecto psicológico, un factor clave
La probabilidad de fallecer en un accidente de avión es aproximadamente 1/10.000, mientras que la probabilidad de fallecer en un accidente de tráfico es 86/10.000. Con estos datos, ¿por qué nos da más miedo viajar en avión? Pues bien, aquí entra en juego los sesgos.
Debido a la repercusión mediática ocasionada por un accidente de avión y a la percepción de situaciones catastróficas, nuestra mente nos provoca este miedo, y nos lleva a tener pensamientos irracionales que van en contra de la realidad.
Esto mismo lo podemos extrapolar a la vacunación y así podemos entender mejor que una persona tiene más miedo de ponerse una vacuna que de tomar un ibuprofeno. Aunque con los datos actuales hay más riesgo de alguna adversidad ocasionada por el ibuprofeno, nadie lo contempla debido al sesgo informativo.
Otro sesgo que entra en juego es la sensación de pérdida de control, porque nosotros mismos pensamos que el riesgo al que nos enfrentamos al ponernos una vacuna no lo podemos controlar, lo percibimos como algo muy catastrófico que nos supera a nosotros mismos.
Esto mismo es aplicable al ejemplo anterior de un viaje en avión. Cuando viajamos en avión percibimos una pérdida de control porque nos ponemos en mano de un equipo de pilotos, sin embargo, cuando vamos en coche y somos nosotros mismos los que conducimos este sesgo no aparece.
El sesgo del falso consenso
También podemos mencionar el sesgo del falso consenso, ocasionado en gran parte por las redes sociales. Nos lleva a pensar que nuestra forma de pensar es realmente mucho más común o popular de lo que realmente es.
Tendemos a buscar únicamente este grupo de personas que piensan de esta forma para reforzar nuestra idea (sesgo de confirmación).
Es importante resaltar que es normal tener periodos de desconfianza o incertidumbre. Es por ello, que resulta imprescindible no centrarnos solo en la parte de información negativa e interiorizar únicamente aquellas situaciones alarmantes. Tenemos que ir más allá y contrastar nuestras ideas.
Los posibles efectos adversos de las vacunas
Hay que ser conscientes de efectos adversos que pueden ocurrir y estar informados de los mismos. Esta información debe venir siempre de fuentes sanitarias fiables y evitar leer/escuchar fuentes alarmistas sin una base científica.
Tenemos que ser conscientes de un beneficio colectivo, dado que vivimos en sociedad y valorar las consecuencias de tomar decisiones atendiendo únicamente a un beneficio individual y propio.
Por último, mencionar la libertad de cada persona de tomar una decisión sin necesidad de ridiculizar o desprestigiar. Se trata de un acto voluntario y cada persona debe valorar esta decisión, sin necesidad de sentirse menospreciada por ello.
Fuentes consultadas:
- cop-cv.org/noticia/13855
- mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov/vacunaCovid19.htm
- theconversation.com/redes-sociales-sesgos-cognitivos-y-coronavirus-147697
Autor:
Serban Iordache – Técnico Superior PRL de MetaContratas
